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De Santiago a la Patagonia: Qué hacer en Chile durante 12 días

Fecha de actualización 17 abril 2025

Santiago, La Moneda, Valles de Chile, San Pedro de Atacama, Patagonia y Torres del Paine.

12 días - 638 KM
Meses recomendados para la visita Enero - Diciembre
Nivel de dificultad Media

Día 1: ¡Bienvenido a Santiago! Explorando el corazón de la ciudad

¡Llegaste! Bienvenido a Chile. Aterrizas en el Aeropuerto Internacional Arturo Merino Benítez, también conocido por su abreviatura SCL. Toma un taxi oficial o transfer al centro de la ciudad. En 25 o 40 minutos, dependiendo del tráfico, ya estarás listo para comenzar tu aventura.

Deja tus maletas en el hotel y prepárate para un día lleno de historia, cultura y mote con huesillo (una bebida típica que debes probar) en el casco histórico de Santiago.

Una de las paradas obligadas es el Palacio de la Moneda, este elegante edificio blanco es el palacio de gobierno de Chile. Si llegas justo a tiempo, entre las 10:00 y 11:00 horas local, podrías ver el cambio de guardia. También puedes bajar a su centro cultural subterráneo para ver exposiciones muy interesantes. Puedes llegar a este lugar en Metro, transporte público, taxi o incluso bicicleta.

Muy cerca de La Moneda, se ubica el Paseo Bandera. Camina por este colorido paseo peatonal hasta llegar al corazón de Santiago: la Plaza de Armas. Aquí verás la majestuosa Catedral de Santiago, el Museo Histórico Nacional y muchas estatuas con historia.

Durante la tarde te recomendamos pasear por Barrio Italia, ubicado en hacia el sector oriente de la capital. Encontrarás comercio y restaurantes de muy buen nivel.

Usa el Metro de Santiago para llegar a la estación La Moneda y comenzar tu recorrido.

Día 2: Naturaleza, vistas y bohemia. ¡Hoy subimos a las alturas!

Desayuna ligero porque hoy se sube el cerro más famoso de Santiago. En el Parque Metropolitano, también conocido como cerro San Cristóbal, puedes tomar el teleférico hasta la cima y disfrutar de una panorámica increíble. Allá arriba, no te pierdas el Jardín Japonés y el Mirador Virgen. ¡Lleva cámara!

Bajando del cerro, toca algo más moderno: el Costanera Center, el mall más grande de Sudamérica. Pero lo realmente imperdible es el Sky Costanera, un mirador a 300 metros de altura. Sentirás que puedes tocar la cordillera con las manos.

¿Listo para algo más bohemio? Dirígete a La Chascona, una de las casas del poeta chileno Pablo Neruda. Tiene pasadizos, objetos extraños, y mucha historia de amor y revolución.

Y ya que estás por aquí, quédate en el Barrio Bellavista, famoso por sus bares, murales, terrazas y vida nocturna. El lugar ideal para probar un pisco sour, picar algo rico, o simplemente sentarte a mirar el ambiente.

Recuerda que para ingresar al Sky Costanera y tener una vista de toda la ciudad, debes comprar una entrada.

Día 3: El magnífico vino chileno

Venir a Chile y no probar sus vinos, es como nunca haber visitado nuestro país. Y lo podrás hacer a menos de una hora de la capital, en el Valle del Maipo. Este lugar es famoso por sus vinos de alto nivel con cepas como el Cabernet Sauvignon.

Este valle ofrece entretenidos tours que incluyen paseos en bicicleta, degustaciones y una exquisita gastronomía para un buen maridaje.

Revisa el listado de sus principales viñas aquí.

Otras alternativas, también cerca de Santiago, son los Valles de Casablanca o de Colchagua. Cualquiera de estos tres valles ofrecen alojamientos de gran nivel.

Las viñas en Chile cuentan con gastronomía y alojamientos de lujo. Hospedar allí es una buenísima idea si eres fanático del vino.

Día 4: Conoce el imponente Desierto de Atacama

El desierto más árido del mundo queda en Chile y se llama Desierto de Atacama. Uno de sus imperdibles es San Pedro, un pequeño pueblo dedicado al turismos por su cercanía con maravillas naturales como salares, termas y geiseres naturales.

Lo primero, si vienes desde Santiago, es tomar un avión desde el SCL al aeropuerto El Loa de Calama (CJC). Después de dos horas de vuelo, llegarás a esta ciudad del norte. Desde Calama, hay que tomar un transfer o vehículo hacia San Pedro de Atacama.

El trayecto dura una hora y media por carretera, atravesando el desierto con sus imponentes vistas. ¡Bienvenido a Marte versión chilena!

Una vez que llegues a San Pedro, te encontrarás con un pueblo pequeño, pero con una energía muy especial. Calles de tierra, techos de adobe, mochileros de todas partes del mundo y un cielo tan estrellado que parece de mentira.

Como puedes venir un poco cansado después del vuelo y viaje, te recomendamos tomarte el primer día con calma, recorrer el pueblo, comer rico en alguno de sus restaurantes. En el centro de San Pedro, uno de los imperdibles es su iglesia principal, una de las más antiguas de Chile.

Recuerda usar bloqueador solar, el sol en San Pedro puede ser muy potente en los días más calurosos.

Día 5: Valle de la Luna, un lugar sacado de otro mundo

San Pedro está a más de 2.400 metros sobre el nivel del mar, así que, durante los primeros días, no nos alejaremos mucho para permitirle a tu cuerpo que se aclimate correctamente. Podrás tomar tours en bicicleta para recorrer lugares cercanos.

Otra excelente idea es visitar el Valle de la Luna, ubicado a menos de 20 kilómetros del pueblo. Tiene un paisaje de otro planeta, con formaciones rocosas erosionadas, dunas gigantes, y colores que cambian con el sol.

Lo ideal es hacerlo en un tour de tarde para ver el atardecer desde la cima de una duna. ¡Saca la cámara, porque los tonos rojizos y dorados son épicos!

Al anochecer, prepárate para una de las experiencias más alucinantes del norte chileno: un tour astronómico. Te llevan al desierto profundo, sin contaminación lumínica, para mirar planetas, constelaciones y el centro de la Vía Láctea que sólo se ve en esta parte del mundo. Spoiler: ¡Vas a alucinar!

Te recomendamos tomar tours astronómicos durante la noche para vivir una experiencia más plena.

Día 6: Salares y sus maravillosas lagunas

¿Te imaginas flotar sin hacer ningún esfuerzo? En lagunas de agua súper salada, como la laguna Cejar, puedes hacerlo. Y ojo: ¡No metas la cabeza al agua! La salinidad es alta.

También hay otras lagunas que te maravillarán, como las de Baltinache. Si bien, están un poco más alejadas, vale cada kilómetro que recorrerás, porque el contraste del agua turquesa con la costra blanca de sal es increíble.

Vuelve al pueblo y aprovecha la tarde para comprar artesanías atacameñas, descansar en una terraza, o visitar el Museo del Padre Le Paige, que cuenta la historia de los pueblos originarios de la zona.

Durante la noche, prueba una cena diferente en alguno de los restaurantes con cocina de autor. Puedes encontrar platos con ingredientes locales como chañar, algarrobo, rica-rica y quinoa. Todo acompañado, claro, de un vino o un buen pisco sour.

La Laguna Cejar cuenta con duchas para sacarte la sal del cuerpo. Recuerda llevar chalas, traje de baño y toalla.

Día 7: Regresa a Santiago y prepara la siguiente aventura

¡Vamos en el séptimo día! Y vaya que lo hemos pasado increíble. Sin embargo, estar de viaje puede ser agotador, por lo que este día lo dedicaremos enteramente a regresar a Santiago, salir un rato a caminar y comprar algunas prendas para tu siguiente aventura: la Patagonia Chilena y Torres del Paine.

En el Barrio Alonso de Córdova del sector oriente de la capital, encontrarás tiendas con marcas y ropa exclusiva. Muy cerca, además, se ubica el Parque Bicentenario, que podrás recorrer para relajarte.

Recuerda comprar prendas para el frío, ya que, tu siguiente destino, te llevará al límite.

Día 8: Rumbo al fin del mundo y al corazón de la Patagonia Chilena

Toma un vuelo desde Santiago hacia Puerto Natales (Aeródromo Julio Gallardo) o Punta Arenas si no hay vuelos directos. Si llegas a Punta Arenas, súmate a un bus que te llevará en 3 horas hasta Puerto Natales, tu base de operaciones para conocer la octava maravilla del mundo: las Torres del Paine.

En Puerto Natales te recomendamos recorrer el paseo costero sus esculturas frente al canal Señoret, probar el exquisito cordero al palo, centolla o la merluza austral.

Y prepárate, realiza tus últimos preparativos, porque al día siguiente nos dirigiremos a Torres del Paine. Compra snacks, agua, retira efectivo y confirma tus reservas o tickets para el parque.

En Puerto Natales encontrarás comercio, ideal para hacer tus últimas compras.

Día 9: Inicia tu recorrido por el Parque Nacional Torres del Paine

Levántate temprano y prepárate para entrar al Parque Nacional Torres del Paine, uno de los íconos turísticos más importantes de Chile y del mundo. Desde Puerto Natales el viaje hasta el parque toma aproximadamente dos horas por carretera, y puedes hacerlo en vehículo arrendado, tour organizado o transfer privado.

Este día está pensado para disfrutar de los paisajes con calma, sin hacer grandes caminatas. Una buena ruta comienza en el sector del Lago Pehoé, donde el color turquesa del agua se funde con la silueta imponente de los Cuernos del Paine. Desde ahí, puedes continuar hacia el Salto Grande, una poderosa cascada que impresiona por su fuerza, pero que tiene acceso fácil y señalizado.

La tarde es ideal para visitar el Lago Grey, donde puedes caminar por la playa y ver enormes témpanos desprendidos del glaciar. También existe la opción de tomar una navegación que se interna en el lago hasta el glaciar mismo.

Al terminar el día, puedes alojar dentro del parque si tenías una reserva previa en alguno de los refugios, hoteles o campings habilitados. Si no, el retorno a Puerto Natales sigue siendo una buena alternativa para recargar energías.

Puedes alojar dentro del parque previa reserva. Recuerda hacerlo con anticipación, porque los cupos se agotan en temporada alta.

Día 10: El gran desafío, lograr el trekking Base Torres

Este es el día más exigente físicamente, pero, también, el más esperado por muchos viajeros. Se trata del ascenso hasta la Base de las Torres del Paine, un trekking de alrededor de 18 kilómetros ida y vuelta, que toma entre 7 a 9 horas según tu ritmo y las condiciones del clima.

La ruta comienza en el sector de Las Torres y avanza por valles, bosques y morrenas hasta llegar a uno de los paisajes más emblemáticos de Chile: tres torres de granito reflejadas en una laguna glaciar, rodeadas por un silencio que parece sagrado. Es una caminata intensa, con tramos empinados, pero completamente alcanzable si estás en buen estado físico o te preparas bien.

Es clave llevar una mochila con una botella para recoger agua natural en el camino, alimentos energéticos, cortaviento y ropa impermeable. El clima en la Patagonia cambia rápidamente, y puedes tener sol, viento, lluvia o incluso nieve en un mismo día. Si prefieres no hacer el trekking por cuenta propia, existen excursiones guiadas que parten desde Natales o de tu hotel y te acompañan durante toda la jornada.

Después de completar el circuito, puedes volver a tu refugio o alojamiento. Esta noche duermes con la sensación de haber logrado algo grande. ¡Felicidades!

Recuerda que existen otras rutas más largas dentro del parque como la O o W, sin embargo, estas requieren de muchos más días disponibles.

El trekking a Base Torres puede ser exigente, la noche anterior preocúpate de dormir bien y descansar.

Día 11: La cueva del milodón, un animal de otra era

Al día siguiente, probablemente te duelan un poco las piernas. En Puerto Natales y sus alrededores te podrás reponer del esfuerzo.

Te recomendamos explorar la Cueva del Milodón, ubicada a pocos kilómetros del centro de Puerto Natales. Allí, además de conocer la historia de este animal prehistórico que vivió en la zona hace más de 10.000 años, puedes caminar por senderos interpretativos que cruzan la estepa magallánica, hogar de guanacos, zorros y ñandúes.

Durante la tarde, aprovecha de visitar algunas tiendas locales de Puerto Natales, donde artesanos trabajan en cuero, lana y madera, muchas veces con técnicas ancestrales.

La Cueva del Milodón cuenta con senderos interpretativos ideales para una aventura más relajada.

Día 12: Último amanecer y regreso a casa

Tu último día en la Patagonia puede comenzar con un desayuno frente al mar, en alguno de los cafés que bordean el canal. Es el momento de hacer un paseo final por el muelle histórico o simplemente sentarte a observar cómo el viento modela las nubes sobre las montañas. Es un paisaje que no se borra fácil de la memoria.

A media mañana, comienza tu viaje de regreso. Si volaste a Puerto Natales, puedes tomar un transfer directo al aeropuerto. Si tu vuelo sale desde Punta Arenas, asegúrate de salir con tiempo suficiente, ya que, el trayecto toma tres horas por carretera.

Luego toca tomar tu vuelo con destino a Santiago. Tendrás una colección de imágenes que parecen de otro planeta: glaciares, montañas doradas por el sol del sur, guanacos cruzando la carretera y la tranquilidad que solo la Patagonia puede regalar.

Recuerda regresar con calma a Punta Arenas, porque el viaje puede ser un poco extenso.

Para tu viaje perfecto
  • Recuerda llevar la ropa indicada. Cada destino tiene un clima diferente
  • Llevar efectivo siempre será de ayuda
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