¿Por qué Chile se llama Chile? No es por su forma de ají

Si al escuchar “Chile” pensaste en un ají picante, te tenemos noticias. El nombre de nuestro país no tiene nada que ver con la gastronomía.

En realidad, su origen está envuelto en un fascinante enigma lingüístico que mezcla leyendas, cantos de aves y antiguas lenguas indígenas, muy presentes en nuestra forma de hablar.

Mientras en Sudamérica muchos países llevan nombres heredados de Europa o inspirados en elementos geográficos, Chile tiene un origen más antiguo. Aquí empieza el misterio y surge la pregunta ¿de qué lengua proviene y qué significa exactamente?

Primera teoría: El particular canto de un ave

Fotografía: @Morrison.blancoo

Hace más de dos siglos, el jesuita chileno Juan Ignacio Molina defendía la idea de que “Chile” venía del canto del trile, un pájaro local cuyo canto sonaría como “chile, chile”.

Según él, los españoles al llegar por primera vez al territorio habrían adaptado esa palabra al castellano, y así habría quedado bautizado el país.

Pintoresco, sí, pero, hoy la mayoría de los historiadores ponen en duda esta teoría y creen que hay explicaciones más sólidas.

Segunda teoría de por qué Chile se llama así: Primero habitantes

Fotografía: Sernatur.

Otra de las teorías que pretenden explicar el nombre de Chile, y la más aceptada, tiene que ver con los primeros habitantes de nuestro territorio.

La hipótesis más aceptada nos lleva al mundo andino, mucho antes de que los españoles llegaran.

Según algunos expertos, el nombre podría venir del quechua “chiri”, que significa “confín” o “lugar lejano”. Otros apuntan al aymara chilli, que podría traducirse como “confín del mundo” o “el lugar más hondo o alejado de la tierra”.

¿Tiene sentido? Mucho. Para los incas, el mayor imperio de Sudamérica, el territorio que hoy pertenece a Chile era efectivamente el extremo sur de sus dominios, un rincón remoto más allá de las grandes cordilleras y desiertos.